Siempre encontraba en la monotonía algo distinto que hiciera recordar cada día. Era raro verla aburrida, eso no lo conocía ella. Podía aburrirse en las clases, pero nunca por no tener algo que hacer.
Salieron temprano ese día, a eso de las 7 de la noche y fracción. Desde la escuela había que caminar por una peligrosa y solitaria calle hasta donde pasa el el transporte, hasta la avenida. Son alrededor de 10 minutos que odiaba caminar sóla. Siempre optaba por la ruta larga con tal de no correr ese riesgo. Esa vez se hacía acompañar por un chico y 2 amigos del chico. Pero qué chico...
No podía dejar de verla, babeaba cuando ella usaba falda, y ese día no fue la exepción. Caminaban con calma platicando de vanalidades cuando ella tomó un chicle de esos que hacen unas buenas bombas. Ahí iba, haciendo bombas con su falda, como una niña que camina feliz sin un lugar a donde ir. Él lo notaba, pero en vano hacía lo que podía por que ella no se diera cuenta del brillo que su presencia provocaba en su mirada. La chica lo observaba a cada momento, desde luego percatándose de que lo que el chico buscaba era más que una amistad.
-Ay, tus bombitas...
-Son geniales, ¿no?
-Jaja, sí. Además las haces como... no sé...
Ella sólo reía tranquila, sin sentir si quiera nervios... Ansiando que el camino a la avenida no terminara nunca...
Salieron temprano ese día, a eso de las 7 de la noche y fracción. Desde la escuela había que caminar por una peligrosa y solitaria calle hasta donde pasa el el transporte, hasta la avenida. Son alrededor de 10 minutos que odiaba caminar sóla. Siempre optaba por la ruta larga con tal de no correr ese riesgo. Esa vez se hacía acompañar por un chico y 2 amigos del chico. Pero qué chico...
No podía dejar de verla, babeaba cuando ella usaba falda, y ese día no fue la exepción. Caminaban con calma platicando de vanalidades cuando ella tomó un chicle de esos que hacen unas buenas bombas. Ahí iba, haciendo bombas con su falda, como una niña que camina feliz sin un lugar a donde ir. Él lo notaba, pero en vano hacía lo que podía por que ella no se diera cuenta del brillo que su presencia provocaba en su mirada. La chica lo observaba a cada momento, desde luego percatándose de que lo que el chico buscaba era más que una amistad.
-Ay, tus bombitas...
-Son geniales, ¿no?
-Jaja, sí. Además las haces como... no sé...
Ella sólo reía tranquila, sin sentir si quiera nervios... Ansiando que el camino a la avenida no terminara nunca...
1 comentario:
xq no continuan esta historia
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