jueves, 2 de julio de 2009

Escena 1: La misteriosa mujer con gusto por la cannabis.

Ella fuma mucha marihuana.No se mete con nadie, es una chava tranquila. Es acaudalada a medias, porque vive en un barrio de mediopelo, pero se da lujos que un clasemediero no puede darse. Es otro tren, esa chava.

Nunca incurre en alguna transgresión contra nadie, y si fuma cannabis, no es por presión social, ni por wannabe... Dice que le gusta experimentar la percepción de formas distintas, como llega a cambiar la manera de escuchar los sonidos, de sentir las cosas, de crear y de experimentar con sensaciones y cosas nuevas...

Fue por eso que cuando me ofreció la primera fumada, acompañada de un beso desinhibido, y ante la premisa de que me iba a hacer sentir cosas que no había sentido antes (y con ese guiño en su ojo) supe que bien valía la pena darme a los efectos de la cannábica, al menos unos momentos.

La sensación, fue indescriptible...